TuOdontologa.com: Miguelito va al dentista

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Miguelito está asustado, el largo pasillo por donde camina con su mamá no promete un final feliz. Tiene puesta su cara más valiente, como su papá le enseñó, pero a sus ocho años de edad, sólo ha pasado por esto un par de veces y siente que los nervios lo delatan. Miguelito aprieta cada vez más la mano de su mamá, que se hace la indiferente. Si le hubiesen permitido escoger, él hubiese preferido quedarse viendo el juego del barca, ¡pero no! era miércoles por la tarde y eso significaba una sola cosa, no había manera de detenerlo y contra toda protesta, Miguelito estaba en el dentista.

Sus amigos riendo de él no había sido nunca el problema, el sabía que todas las personas deben ir al dentista; sin embargo, fue su última visita al odontólogo lo que no colaboraba con la ansiedad. Ese señor de poco tacto y obligada sonrisa era una amenaza a la salud dental de todas las personas, ¿quién querría volver allí?… Su madre incluso había pedido disculpas y había buscado un lugar nuevo.

El pasillo se terminó, Miguelito cabizbajo y sin mirar se sentó en una de las sillas, pero la voz amable de la recepcionista lo hizo mirar un poco, lo suficiente para ver un logo que guindaba inocente de la pared. Le tomó un par de segundos reconocer la lupa dentro de la boca roja, una boca como de mujer, le causó gracia y un poco de orgullo haber reconocido la imagen, el solo. Ya fluido en su lectura (él sabía leer mejor que sus amigos burlones) pudo completar la imagen con las palabras: TuOdontologa.com.

Su madre había estado conversando con un par de amigas y el tema de la visita al odontólogo había surgido. Le preocupaba que Miguelito se asustara mucho y una de ellas le recomendó que fuera a TuOdontologa.com, le aseguró que no sólo le harían un buen trabajo a su hijo, sino que la experiencia lo haría querer volver. Con un poco de escepticismo aceptó la recomendación, después de todo a quien le gusta ir al odontólogo.

Su nerviosismo se calmó con la grata sonrisa de la recepcionista que rápidamente los atendió. En poco tiempo Miguelito, un poco más relajado, y su madre estaban cruzando la puerta a un mundo que no esperaban conseguirse.

La silla de color verde amable, invitaba a sentarse y ocupaba todo el espacio visual. Miguelito que era en extremo observador comenzó a inspeccionar el lugar conservadoramente como buscando una excusa para no querer volver. Lo primero que le llamó su atención fue una gran boca roja que posaba sobre una de las mesas, como sonriendo, con cable extraño colgando de un lado, parecía un teléfono… pero no, sería demasiado cool si fuese un teléfono, pensó miguelito.

Al otro extremo un festival de colores adornaba los estantes donde se colocaban las herramientas y una muela grande blanca, con ojos parecía saludarte haciendo todo muy placentero. Todo estaba en su lugar, inmóvil, esperando su turno para acomodar cualquier problema que las personas trajesen a consulta. Era un lugar donde evidentemente no se ocupaban sólo de arreglar sonrisas sino de provocarlas.

tuodontologa.com-OdontologaMiguelito pensó que todo sería distinto esta vez, en especial cuando una linda doctora le saludó y preguntó que cómo se sentía, que si estaba listo para sacar ese diente y darle espacio a los de niño grande. Miguelito se llenó de valentía asintió y rechazando la ayuda de la doctora se trepó a la gran silla verde. Desde allí la perspectiva cambiaba, se sentía protagonista, observó como todas las bandejas de las herramientas estaban perfectamente ordenadas como en las cosas en el escritorio de su papá. Ya estaba decidido, confiaba plenamente en aquel lugar y en aquella doctora con su bata morada. Cerrando los ojos y sintiéndose en casa, Miguelito abrió su boca.

Su madre siendo testigo de todo y admirando el consultorio perfectamente balanceado, tomó su teléfono para enviar un mensaje y agradecer la recomendación de su amiga. Acto seguido le escribió a su esposo para contarle en detalle.

«Estoy en TuOdontologa.com, esto está de muerte, miguelito se ve feliz… Me contaron que puedes hacer la cita por internet pa que aproveches de venir, todas las que atienden son mujeres y todas muy amables… besos».

Miguelito bajó de la silla completamente atendido y sin mucho dolor, tomó a su madre de la mano gentilmente. Su madre muy agradecida se despidió de todos los presentes siendo testimonio de una sonrisa esa hermosa, esa sonrisa que provoca un servicio de calidad. Y Miguel Papá ya estaba en internet haciendo su reserva.

TuOdontologa.com es una empresa 100% venezolana que llegó para quedarse. En medio de su crecimiento, ha visto como su concepto se expande en el territorio Nacional gracias a su esquema de franquicia.

Ellos con su esfuerzo y genuino amor por su país han demostrado que: El Venezolano es emprendedor, el Venezolano es creativo, al Venezolano le gustan las cosas buenas, el Venezolano tiene un apego importante a las mujeres de su vida, incluso su dentista.

El Venezolano siempre sonríe y ahora no le tiene miedo al dentista.

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